Eeeeeeeeeehhhhh....!


El famoso grito es indefendible. Es una esas incongruencias tan frecuentes en nuestra cultura que cuando se pone bajo el microscopio, aparece tosca y sin picardía. Esto es lo que la opinión pública mundial está haciendo: presentando la “costumbre” sin trenzas ni moños, como lo que es, un insulto discriminatorio. La reacción de la “raza” ha sido inundar la red con memes y videos que en forma de sarcásticas explicaciones no hacen más que resaltar que no hay argumento pero que aún así nos vale madres.

Esta “ñerísima” costumbre de la afición mexicana fue sacada del contexto del estadio local, en donde convive con otras linduras como las mentadas de madre a coro, el “c…leeeero” y otras, para ponerse en una vitrina global en la que no debería estar simplemente porque los matices que carga el famoso término en la cultura mexicana no existen en otras culturas. Nunca debió salir de su hábitat natural.

La sociedad mexicana ha logrado avances enormes en cuanto a la integración de las minorías homosexuales: son varios los estados en los que ya existe el matrimonio homosexual. En la conservadora ciudad de Monterrey hace poco se armó un gran revuelo porque un colegio de la localidad expulsó a una niña por pertenecer a una familia de dos padres. La tendencia evidente es hacia la integración. Sin embargo, aún con estos y otros avances es muy improbable que el término “puto” caiga en desuso. Con el lenguaje nunca se sabe que va a pasar. Sería interesante poder ver como convive este adjetivo con una futura sociedad mexicana mas integrada.

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