Productos Orgánicos ¿Son Mejores?


Es necesario tomar en cuenta que el hecho de que un producto se ostente como orgánico no implica necesariamente que ofrezca los beneficios que comúnmente asociamos a este adjetivo. Evitemos la “complacencia ambiental” al adquirir estos productos, y no supongamos que son más sanos.


El término “orgánico” podría ser el heredero del adjetivo “natural”, una etiqueta de moda con la que los expertos en mercadotecnia explotan nuestra conciencia ambiental. La etiqueta de “producto orgánico” se aplica hoy en día a una gran variedad de productos comerciales, desde alimentos hasta cosméticos, prometiendo implícitamente una serie de beneficios relacionados con la conciencia ambiental del consumidor, su propia salud y su rechazo al maltrato de los animales.

Los llamados productos orgánicos según la sabiduría popular cumplen con alguna o varias de las siguientes características:

- Para su producción no se usan prácticas intensivas, como el uso de fertilizantes y pesticidas industriales en el caso de los productos agrícolas. En el caso del ganado, no se utilizan hormonas del crecimiento ni antibióticos. Se evitan también el uso de aguas residuales para el riego, la irradiación como método desinfectante,


- No utilizan variedades de cultivo o ganados genéticamente modificados,


- Implican un trato más humano en el caso de los animales destinados a producir alimentos.

Por estas razones, los alimentos y productos orgánicos traen implícitos algunos beneficios. A saber:

- Son ambientalmente más amigables que los producidos mediante métodos “industriales”.- Son más seguros en cuanto a la salud.


- Implican un mayor respeto a los derechos de los animales.


Un buen escéptico no tiene más opción que preguntarse si en realidad el hecho de que un producto luzca una etiqueta certificándolo como “orgánico” es garantía de que cumpla con al menos alguna de las ventajas enumeradas. Para empezar ¿quién certifica que un producto califica como orgánico?

¿Quién certifica a los productos orgánicos? La Ley de Productos Orgánicos en México

En el mercado actual, donde cada vez más consumidores buscan productos orgánicos, la etiqueta de “producto orgánico” representa una ventaja comercial significativa, lo que implica que existen intereses comerciales en juego. Cabe entonces preguntarse la manera en que algún productor gana el derecho de etiquetarse como orgánico.

En febrero de 2006 se publicó en México la Ley de Productos Orgánicos con el fin de regular la producción y comercialización de productos orgánicos en este país, y asegurar que contemplen aspectos de respeto al medio ambiente, sustentabilidad y promover que en los métodos de producción orgánica “se incorporen elementos que contribuyan a que “este sector se desarrolle sustentado en el principio de justicia social”. Solo los legisladores saben que demonios significa eso, pero eso es tema aparte.

En general la ley excluye como métodos de producción orgánica el uso de organismos genéticamente modificados, la “utilización de productos de síntesis química”, y la utilización de “métodos que no sean posibles según condiciones o procesos naturales”. Me pregunto en qué momento un producto de una reacción química deja de ser “natural”; la composta resulta de una reacción química; si la produzco a gran escala ¿deja de ser “natural”? Y ya que estamos en esto, ¿cuándo deja de ser “natural” una especie de gallina producto de miles de años de selección artificial?

Además de excluir los métodos de producción mencionados, la etiqueta de producto orgánico en México, según la ley, básicamente significa que el productor no viola ninguna de las leyes ambientales en vigor, es decir, la etiqueta de orgánica podría cambiarse por la etiqueta de “No Ilegal”.

¿Ambientalmente más amigables?

¿Qué es más ambientalmente amigable: una mazorca de maíz orgánica producida a 1500 Km. de tu ciudad o una producida localmente por medios industriales? ¿Cuál tiene la mayor huella ambiental dada su productividad por área y lo que implicó su transporte hasta el mercado local? Si no se utilizan fertilizantes ni pesticidas industriales es de esperar que se necesite más área de cultivo para obtener la misma cantidad de producto. Esa área adicional ¿de dónde va a salir? De igual manera, una variedad “natural” de ganado (si es que existe tal cosa) necesitará más área de pastoreo que una genéticamente modificada ¿Producirá también más metano con sus flatulencias agravando así el efecto invernadero global? Los cultivos genéticamente modificados, al necesitar menos uso de pesticidas y de fertilizantes ¿no son ambientalmente más amigables?


La etiqueta “producto orgánico” puede llevarnos como consumidores a sentir una especie de satisfacción ambiental basada en falsas premisas. Que un producto sea orgánico no implica necesariamente una menor huella ambiental. Otros hábitos de consumo tienen un efecto más directo y claro sobre el ambiente, como el desperdicio y la manera en que disponemos de la basura.

¿Más sanos?

Para empezar, la certificación como “Producto Orgánico” no implica de ninguna manera un mejor contenido nutricional. Es un hecho que prácticamente todos los alimentos procesados que consumimos actualmente contienen algún ingrediente genéticamente modificado. Su efecto en nuestra salud es en el peor de los casos, debatible. Las plantas son verdaderas “plantas químicas” que producen naturalmente pesticidas para defenderse de sus pestes ¿Cómo sabemos que una variedad de tomate, al no depender de pesticidas artificiales, no producirá por evolución natural un pesticida perjudicial para nuestra salud? ¿Todos los pesticidas industriales son dañinos? ¿Y también los fertilizantes? ¿Cómo funcionan los fertilizantes? ¿Cómo se producen?

¿Mayor respeto a los derechos de los animales?

En ninguna parte de la Ley de Productos Orgánicos se habla sobre un tratamiento más humano para los animales involucrados en la producción de alimentos. La etiqueta de “producto orgánico” no implica nada en el aspecto de derechos a los animales.

En conclusión


Es necesario tomar en cuenta que el hecho de que un producto se ostente como orgánico no implica necesariamente que ofrezca los beneficios que comúnmente asociamos a este adjetivo. Evitemos la “complacencia ambiental” al adquirir estos productos, y tampoco supongamos que son más sanos.

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